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Museo Argentino de Ciencias Naturales: primer museo nacional



          El fin de semana pasado visité el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" en Parque Centenario. Posee muchas colecciones con más de un millón y medio de ejemplares de distintas especies animales, vegetales y minerales, además de los famosos esqueletos de dinosaurios originales y réplicas que todos recordamos de alguna excursión escolar cuando fuimos niños. Sin embargo, no fue el contenido lo que me llamó la atención, sino "el envoltorio" y su historia: la arquitectura del edificio y que se trata del museo más antiguo del país.
          Lo más característico de la edificación es que fue concebida para su función específica de museo. El doctor en Ciencias Naturales Ángel Gallardo, quien fuera su director de 1911 a 1916, luchó mucho por la construcción de un edificio propio que albergara semejante colección y que permitiera realizar las tareas de investigación, hoy en manos del CONICET. Desde siempre el museo había ocupado distintas ubicaciones, primero en las celdas altas del Convento de Santo Domingo, luego en la Manzana de las luces y repartido en diferentes edificios de la Plazoleta Montserrat. Aunque su proyecto era tres veces más grande y deseaba que estuviera en el barrio de Palermo, a fines de los años 20 comenzó la obra en Parque Centenario y se inauguró en 1937 durante el gobierno fraudulento de Justo. Aunque Ángel Gallardo falleció tres años antes de que estuviera terminado, hoy la avenida donde está emplazado el museo lleva su nombre.
          El edificio tiene detalles decorativos y ornamentales de temas basados en la flora y fauna autóctona. En la fachada del frente hay estatuas de búhos que representan sabiduría; en las rejas de las puertas de entrada, arañas en sus telas; en la baranda de la escalera de mármol principal, caracoles de tierra en hierro forjado; sobre los accesos a cada sala se encuentran altorrelieves de animales como el puma o el perezoso; las ménsulas que sostienen las vigas son murciélagos y hay murales en los altos de algunas salas con temas alusivos al contenido de la institución. Es realmente lindo ir descubriendo todos estos detalles a medida que uno va recorriendo.



          En cuanto a su historia lo más destacado es que fue el primer museo del país y cuenta con 206 años. En 1812 Bernardino Rivadavia, miembro del Primer Triunvirato, dejó por escrito el acta fundacional, invitando a las provincias a dar materiales para armar un Museo de Historia Natural. Pero fue recién en 1823 por iniciativa nuevamente de Bernardino Rivadavia, ahora ministro del gobernador de la Pcia. de Bs. As. Martín García, que se materializó su creación. Llama la atención que este museo nació al mismo tiempo que la Nación, y lleva a uno a preguntarse: ¿por qué era tan importante crear un museo en un territorio que sólo contaba con pocos habitantes y que todavía estaba luchando por obtener su independencia? Y la respuesta es porque la cultura es parte de la identidad de los pueblos, y cuando se la fomenta junto con la ciencia e investigación, esos pueblos se fortalecen ante el mundo. Es una pena que 200 años después vivamos en un país con gobernantes que no creen que eso sea importante, y vemos como recortan el presupuesto en ciencia e investigación, despiden gente del CONICET, frenan la construcción de satélites, y consideran a la cultura un delito, como pasa con las manifestaciones artísticas callejeras. No queda duda de que hoy en día somos menos libres que aquellos hombres de 1800.




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